DESEMPEÑO PROFESIONAL

DESEMPEÑO PROFESIONAL

Enfermedades profesionales y riesgos de actuación. Protección.


Existen numerosas pruebas como para determinar que la actividad del técnico en salvamento puede ser una actividad incluso peligrosa para la salud, es más, el desarrollo de las labores profesionales de socorrismo en circunstancias poco propicias puede generar afecciones, y enfermedades en el técnico de carácter profesional, que incluso puede ser peligrosas para la vida, por lo que es necesario establecer estos riesgos, su manifestación, patología, y cuidados, para poder determinar las medidas preventivas que se deben adoptar en el lugar de trabajo, como las que puedan existen en cualquier otra actividad.

En la experiencia profesional de socorrista, le acompañan una serie de hechos que resultan tan cotidianos que no se toman medidas preventivas, al desconocer el alcance que estas situaciones pueden tener a largo plazo en la salud del técnico. Debido a los riesgos que acompañan la tarea del técnico quizás sea momento de plantearse que el salvamento puede ser una actividad de alto riesgo para la salud,  debido a la cantidad de agentes que pueden afectarles, y es quizás que estemos realizando una tarea demasiado arriesgada para la salud, y sea necesario reducir la jornada laboral, exigir medidas preventivas en los centros de trabajo, adoptar conductas profilácticas, etc.

Es necesario conocer en qué circunstancias se desarrolla la actividad profesional del técnico en salvamento, evaluar sus riesgos, e imponer medidas preventivas, para así establecer la norma profesional, que haga del salvamento una actividad segura, profesional y respetada.

Los riesgos a los que se está expuesto el técnico, en labores de salvamento acuático, son muchos y muy variados, y van a depender de muchos factores, por lo que el técnico debe tener una amplia información de los riesgos a los que se expone y saber valorarlos con el fin de determinar en qué medida le afectan y las medidas de prevención que debe adoptar.

En resumen actividad del socorrista es una actividad profesional como cualquier otra, en la que las circunstancias y el lugar en el que se desarrolla o se puede desarrollar van a determinar en muchas ocasiones, la salud del profesional del técnico, que va a venir determinada por unos mecanismos y medidas de protección adecuados, una distribución de medios razonada, y sobre todo el conocimiento del alcance de los riesgos a los que está expuesto, en el lugar donde desarrolla su actividad profesional.
 
En numerosas ocasiones evaluamos el riesgo para los usuarios, y no para nosotros, y sin embargo el mismo mecanismo de riesgo que afecta a los usuarios, va afectar al técnico de manera que va a ser compartido y va afectar a los dos, y en el que el técnico debido al tiempo de exposición va a ser el más perjudicado.

La manifestación o materialización de los Riesgos Profesionales, pueden adoptar formas diversas, que se clasifican en cinco grupos:

- ACCIDENTES DE TRABAJO.
- ENFERMEDADES PROFESIONALES.
- FATIGA.
- INSATISFACCION.
- ENVEJECIMIENTO PREMATURO.


Las enfermedades profesionales, se agrupan en lo que se denominan Patología-Específica del Trabajo. En ella, los factores ambientales derivados del trabajo, actúan como causas claramente determinantes.

Durante mucho tiempo la fisiología ha distinguido entre fatiga muscular y fatiga general ó psíquica.

  • Fatiga muscular. Se produce por agotamiento muscular al realizarse un gasto excesivo de glucosa y oxígeno en el músculo, agotándose estas sustancias, que son necesarias para el funcionamiento muscular, es un fenómeno doloroso localizado en los músculos.
  • Fatiga psíquica. Fatiga general esta caracterizada por un sentido de disminución del deseo de trabajar, también denominado fatiga crónica. Es una situación de agotamiento mental producida como consecuencia de mantener una tensión psíquica considerable durante cierto tiempo. La fatiga general puede ser debida a causas enteramente distintas, tales como:
- Monotonía.
- Intensidad y duración del trabajo mental y físico.
- Medio ambiente: clima, luz y ruido.
- Causas mentales: Responsabilidad, preocupación y conflictos.
- Nutrición inadecuada.
- Sensación de trabajo sin utilidad.
- Acción combinada de esfuerzo físico y psíquico sobre el mismo organismo.

Por lo visto sobre la fatiga se deduce que es el enemigo más importante del técnico y que puede hacer que la tarea de vigilancia e incluso la de intervención resulte peligrosa no solo para el sino para los usuarios, por lo que es necesario establecer los mecanismos reductores o correctores de la fatiga, y evitar la enfermedad profesional, no nos olvidemos que se generan en el cuerpo una serie de alteraciones que van a perjudicar la salud del técnico, y su capacidad para realizar su trabajo.

El efecto es como si en el transcurso del día todos los esfuerzos realizados se acumularán en el organismo produciendo gradualmente una sensación de fatiga creciente. Su efecto es el de un preludio fisiológico del sueño.

La fatiga es una saludable sensación si el que la percibe puede descansar. Pero si no se hace caso y se continúa el trabajo la sensación de fatiga aumenta hasta hacerse penosa y agotadora.

Esta experiencia diaria demuestra claramente el significado biológico de la fatiga, la cual ayuda a la conservación de la vida al igual que otras sensaciones, como por ejemplo la sed, el hambre, el miedo, etc.

El fenómeno de descanso puede tener lugar normalmente si el organismo permanece sereno, o si, al menos, una parte esencial del cuerpo no está sometida a tensión. Esto explica el papel decisivo desempeñado en los días laborables por todas las interrupciones de trabajo, desde la corta pausa intermedia hasta el sueño nocturno, y lo necesario que es para la vida normal alcanzar cierto equilibrio entre la carga total sostenida por el organismo y la suma de las posibilidades de descanso.

El mecanismo de la fatiga es igual en todos los casos, lo que va a variar es el grado de fatiga, o adaptación a la misma que tenga el individuo, además va a venir determinada por factores tan variados como de carácter individual, ambiental, personal, tales como el descanso nocturno, la alimentación, estado físico, etc.

No existe forma de aliviar la fatiga, pero si puede hacerse mucho para aliviar el problema atendiendo a las condiciones de trabajo y medio ambiente físico del lugar de trabajo. Por ejemplo:

- Distribución correcta y racional del horario laboral.
- Adecuados períodos de descanso.
- Estudio de la comodidad en el puesto.
- Organización del trabajo.
- Control de ruidos.
- Control del aire acondicionado y calefacción si los hubiera.
- Ventilación y buena iluminación.

La mejora de estos puntos puede aliviar e incluso retrasar la aparición de la fatiga, además para aliviar la tensión y monotonía del trabajo puede realizarse mediante:

- Intervalos con interrupciones.
- Hacer ejercicios físicos.
- Cambios de tarea.
- Jornada laboral adecuada al tipo de tarea a realizar.
- Alimentación suficiente de vitaminas y proteínas, sobretodo C (se necesitan 70 mg diarios).

En el caso del técnico en salvamento al tratarse de una actividad monótona y sedentaria en muchos casos, y dado que no se pueden establecer períodos de descanso en la actividad al no existir en la mayoría de los casos personal de relevo, pero en los que exista es aconsejable descansos de 15 minutos cada 2 o 3  horas, o en horas en la que la actividad esta baja de rendimiento, también un socorrista puede estar paseando y cada hora turnarse con el que se haya fijo en el puesto sentado. En el caso que no se pueden establecer relevos es conveniente cada hora y especialmente en horas de baja actividad en la instalación dar paseos.

Medios de autoprotección:

  • Beber abundantes líquidos
  • Utilización de gafas
  • Alimentación con verduras y frutas
  • Al finalizar cada jornada ducharse para eliminar restos de cloro
  • Utilizar cremas protectoras solares
 Organización del trabajo.

Llamada también racionalización, trata de obtener el más óptimo rendimiento con la mayor economía y con el menor esfuerzo por parte de los trabajadores mediante una adecuada selección y preparación del individuo y una adecuada planificación de las tareas, pero adecuando esta al hombre, es decir considerando a éste como centro de la anterior y a todo lo que le rodea como accesorio. Se trata de racionalizar el trabajo, no en cuanto a elementos de producción tangible, sino en cuando a esfuerzos físicos humanos de los que pueden derivarse accidentes.

La adaptación de la tarea al hombre debe constar de los siguientes elementos:

Ambiente Humano.
Estructura funcional.
Filosofía de mando.
Ambiente material.
Acondicionamiento estético.
Acondicionamiento lumínico.
Acondicionamiento del aire.
Acondicionamiento sonoro.
Adaptación al proceso.
Métodos de trabajo.
Horarios de trabajo.
Tiempos normales.
Adaptación al equipo.
Máquinas y herramientas.
Equipo personal.

Se trata de humanizar la actividad laboral, haciendo el trabajo menos penoso, impidiendo una excesiva división o mecanización del mismo que pueda producir deformaciones profesionales, etc.
Para planificar la tarea debe tenerse en cuenta:

  • Las normas de seguridad e higiene correspondientes a la tarea en cuestión, adaptándose o incluyendo en el orden de ejecución instrucciones claras y concretas al respecto.
  • Preparar al personal antes de que haga uso de su labor, enseñándole a manejarla con seguridad.
  • Involucrar a todos el más alto sentido de la responsabilidad.

             Equipamiento básico del socorrista.

Vestuario mínimo

  • Bañador
  • Camiseta
  • Gorra que prevenga el sol
  • Calzado adecuado y fácil de quitar
  • Chaqueta que previene el mal tiempo
  • Gafas de sol que deben ser de buena calidad para que filtren los rayos ultravioletas y no reduzcan visión
 Medios mínimos de Comunicación

- Silbato: práctico y aconsejable para avisar a usuarios y compañeros
- Equipos de megafonía y teléfono móvil

 Materiales mínimos de protección en primeros auxilios

- Guantes
- Mascarilla de reanimación

Materiales mínimos de rescate

- Aro salvavidas          
- Tabla de salvamento               
- Brazo de rescate y/o boya torpedo     
- Aletas            
                       
Material de salvamento: de alcance, de contacto, de apoyo en la extracción y evacuación.

Material de Alcance

Es el material que se lanza a la víctima desde una parte firme (tierra o embarcación) para que se coja a él. Su uso está limitado por el estado de la víctima (nadador en dificultades o víctima con distrés acuático), la distancia a que se encuentre y las condiciones ambientales, especialmente el viento, por lo que cada vez se usa menos como material de rescate, pasando a ser un material auxiliar en piscinas y embarcaciones.

  • Pértiga: es una vara de aluminio de 2,5- 3 metros de longitud, con un gancho o aro del mismo material o de plástico, en la punta. Sirve para que el socorrista lo extienda hasta la víctima desde tierra y ésta se coja o para engancharla si está inconsciente. Se utiliza en piscinas normalmente.

  • Aro Salvavidas: son aros flotantes, fabricados en material de alta flotabilidad recubierto de vinilo o lona. Este tipo de aro, por sus grandes dimensiones y su elevado peso, no es el más adecuado para efectuar un alcance en socorrismo. Aunque en piscinas se usa normalmente.

  • Bolsa de Rescate: bolsa flotante de nylon que contiene de 15 a 30 metros de cuerda, también flotante. Se utiliza en rescates en ríos, inundaciones y riadas y permite lanzar la cuerda a grandes distancias y con mucha precisión.

  • Balón de Salvamento: es una pelota, generalmente de baloncesto, introducida en una red a la que se ata un cabo flotante de unos 25 metros. Se usa actualmente en salvamento deportivo.

Material de Contacto

  • Tubo de Rescate: formada por un tubo de goma- espuma que forra el cincho de arrastre. En los extremos del tubo, dispone de unos anclajes o cierres que se pueden utilizar debido a la longitud del tubo, para sujetar entre sí y rodear a la persona socorrida. El tubo a diferencia de la lata, es blando, por lo que se utiliza más en piscinas.

  • Boya Torpedo: es un flotador rígido, de forma ovalada. Con una sistema de asideros en sus laterales a los que se sujeta la persona accidentada si esta consciente. Al flotador se le ata una curda de 2 metros aproximadamente que se une al arnés o tirante que se coloca el técnico de salvamento. El socorrista ha de estar más pendiente del accidentado, ya que no permite “enganchar” a la víctima.

  • Tabla o Tablón de Rescate: tiene unos dos metros quince de longitud, pudiendo llegar hasta los cuatro metros de longitud, una anchura cercana al medio metro y un grosor de ocho centímetros aproximadamente. Diseñadas para el salvamento de personas en peligro en el agua.
Debe poseer como mínimo dos asas de amarre flexibles en la zona lateral o de la punta. Es una práctica herramienta de rescate, ideal para realizar salvamentos en playas con oleaje fuerte en condiciones de mediana dificultad, y en rescates de larga distancia.

Material de Extracción y/ o Evacuación

  • Collarín de Cervicales: es un instrumento adecuado para inmovilizar la columna cervical ante la mínima sospecha de que ésta pueda estar lesionada. Varios tipos de collarines:
a) Alertadores: en ambulancias, siendo su función además de inmovilizar, alertar
b) Rígidos o inmovilizadores: de material de plástico duro, anatómico, inmovilizan mejor y algunos modelos permiten poder tomar el pulso arterial

  • Inmovilizador de Cabeza: instrumento que nos permite inmovilizar la cabeza, incluso con el collarín colocado. Está construido en espuma unicelular y recubierto de vinilo. Todo el conjunto y desde los amarres de que está provista la base, se sujeta a la camilla de cuchara o al tablero espinal.

  • Tablero Espinal: construidos con materiales diversos, como madera, aluminio ligero o material plástico, recomendándose éste para ser radio transparente. Buen dispositivo de inmovilización, extracción y transporte de víctimas traumáticas en el agua

  • Camillas: hay de distintos tipos:

-          Camilla de tijera o cuchara: también llamada recogedora. Camilla con palas cóncavas, fabricada en aluminio ligero, y que se separa en dos mitades longitudinales, lo cual permite colocarla por debajo del paciente con el mínimo movimiento de éste.
-          Camilla flotante: básicamente está formada por una camilla tipo cama elástica, pero adaptada a una embarcación, tanto para su fijación en la misma como para lograr una flotabilidad positiva mediante uno o varios flotadores en su contorno.
-          Camilla nido: están las de alambre o redecilla metálica y las de plástico de alta densidad que son las más usadas y que tienen la capacidad de carga de 275 kg.

Material de Apoyo

  • Aletas: proporcionan una mayor velocidad en el desplazamiento, nos proporcionan una mayor potencia para el rescate en playas.
  • Gafa de buceo o máscara: permite ver claramente bajo el agua, debido al espacio de aire que se interpone entre los ojos y el medio líquido. Con las gafas veremos las cosas de diferente tamaño y distancia; 1/3 más grande y ¼ más cerca, debido al efecto lente que hace el agua.
  • Tubo de respiración o Snorkel: es la pieza que permite al buceador respirar en superficie sin sacar la cara del agua, facilitándole, entre otras cosas, no perder de vista el fondo en un rastreo.

Usuarios. Tipos y características.

Todos estamos expuestos a los riesgos en los lugares destinados para el disfrute del agua, desde el nadador más experimentado hasta el más inexperto de los bañistas. Pero existen determinados grupos de personas que, por sus características específicas, son más propensos a sufrir algún accidente dentro del agua.

·         Las personas con exceso o defecto de peso: pueden sufrir alguna caída por pérdida de fuerza o de habilidad.

·      Niños y ancianos: los primeros porque su desarrollo psicomotriz no está completado, sobre todo en los menores de 5 años, y los segundos por la pérdida de fuerza y de agilidad que experimentan con la edad. Los lugares más peligrosos para ellos, porque pueden sufrir alguna caída, son las escaleras (en piscinas y parques acuáticos) y los lugares donde cambia la profundidad.

·      Personas que utilizan algún flotador para ayudarse: lo peligroso no es el uso de estos objetos, sino su deterioro por rotura o pinchazo o su pérdida dentro del agua. Siempre que una persona necesite utilizarlos debe bañarse únicamente en lugares donde haga pie. Es conveniente que seamos muy estrictos en su  vigilada mientras permanezca en el agua.

·      Los bañistas que utilicen algún tipo de equipo suplementario para llevar a cabo una actividad concreta: toda actividad que requiera de material auxiliar para su realización debe llevarse a cabo con el material adecuado y en buen estado. Bañarse vestido (la ropa dificulta el movimiento) o usar gafas de buceo (riesgo de golpe y rotura del cristal) son hábitos nada recomendables.

·      Extranjeros y personas que no pertenecen al lugar donde se realiza el baño: sobre todo, los primeros porque no suelen conocer las instalaciones donde se lleva a cabo la actividad acuática y tampoco entienden las advertencias de peligro ni los avisos verbales de los socorristas.

·      Intoxicados por alcohol o drogas: este tipo de sustancias alteran el equilibrio, la percepción de la realidad (disminuyen la percepción de posibles riesgos, haciendo que la persona se vuelva imprudente) y las facultades físicas (la coordinación de los movimientos, por ejemplo).

  • Grupos numerosos de bañistas no organizados: son difíciles de controlar y en ellos se producen infinidad de movimientos inesperados que pueden dañar a otros bañistas, dentro o fuera del grupo. Los adolescentes, sobre todo los chicos, son el grupo de más riesgo por su tendencia a competir entre ellos y su temeridad.
Discapacitados:

  • Discapacitados sensoriales: son las personas ciegas o con miopía severa, sordas o con un grado importante de hipoacusia (disminución de la agudeza auditiva), sordomudas, etc. Suelen utilizar un medio distinto de comunicarse (leer en los labios, lenguaje de los sordomudos), que habrá que tener en cuenta en caso de emergencia. No deben usarse instrucciones vagas, sino ser lo más concreto posible. A veces, será necesario repetir el mensaje varias veces.

  • Discapacitados físicos: las personas que sufren alguna anomalía motora o la falta de algún miembro tienen mayor dificultad para moverse en el agua (entrar o salir de ella, nadar) y mantener el equilibrio fuera de ella. Según el grado de discapacidad de la persona puede ser aconsejable la compañía de otra persona mientras se baña.

  • Discapacitados psíquicos: son las personas que sufren parálisis cerebral, retraso mental o alguna enfermedad psiquiátrica. En estos casos está alterada su capacidad de comunicación, pudiendo no entender las recomendaciones o avisos para evitar riesgos. Cuando intentemos comunicarnos con ellos hay que asegurarse de que comprenden lo que se les dice. Algunos de ellos, por su especial percepción de las cosas, pueden negarse a recibir ayuda en caso de ser necesaria.

Siempre que alguien necesite ser vigilado mientras se baña, deberá serlo a corta distancia, si fuera necesario dentro del agua. Mucho cuidado con las distracciones, aunque éstas sean de unos pocos segundos.

Prevención de accidentes acuáticos: diseño de cobertura, supervisión de usuarios, distrés acuático y ahogamiento. Técnicas de vigilancia.

“Quizás tengamos la idea de que, en la actualidad, es muy difícil que una persona muera ahogada, salvo que se vea sorprendida repentinamente por una tromba de agua que la arrastre sin poder escapar de ella, como ocurre en las riadas por ejemplo. Pero, lo cierto es que cada año mueren unos cuantos miles de personas ahogadas en el agua. Lo cierto es que el baño entraña ciertos riesgos que pueden afectar incluso al nadador más experto. Como siempre, lo mejor en estos casos es prevenir los riesgos asociados al agua”.

Datos epidemiológicos:

- Mortalidad mundial por ahogamiento en agua: 200.000 personas / año
- El 75% de los fallecimientos ocurren en los meses de verano
- Por cada mujer que se ahoga lo hacen 3,5 hombres
- El 60% de las personas que se ahogan no sabían nadar o no se desenvolvían correctamente en el agua
- El 40% restante sufrió un accidente o una patología aguda (de aparición brusca e insospechada), que tuvo como consecuencia una parada cardiorespiratoria o una pérdida de la conciencia que dejo al bañista indefenso en el agua
- El accidente o traumatismo más frecuente con diferencia es el que afecta a la columna vertebral y, dentro de ésta, a la porción del cuello (columna cervical)

¿CÓMO SE PRODUCE EL AHOGAMIENTO?

Una persona NORMAL aguanta de 30 á 90 segundos sin respirar (apnea), es decir, sin que haya renovación del oxígeno que viaja por la sangre. A partir de ese momento, el cerebro comienza a verse afectado por la falta de oxígeno (anoxia) y la primera manifestación que se produce es la pérdida de la conciencia acompañada de la ausencia de movimientos voluntarios. En los 3-4 primeros minutos de anoxia los daños que sufre el cerebro son reversibles, pudiendo la persona recuperarse sin secuelas de ningún tipo si vuelve a entrar aire en sus pulmones.

Pero si la anoxia persiste, comienzan a producirse lesiones en el sistema nervioso que ya no son reversibles, sino que perduran para toda la vida (en el caso de que la persona logre sobrevivir). Conforme pasa el tiempo, las lesiones cerebrales van siendo más severas hasta que pasado un tiempo se produce la muerte cerebral por parada cardio-respiratoria.

La hipotermia (descenso de la temperatura corporal por debajo de los 36 Cº) alarga estos períodos de tiempo, pudiendo una persona sobrevivir sin lesiones cerebrales irreversibles después de haber permanecido incluso más de 20 minutos sumergida y en ausencia de respiración.

La explicación a este hecho es sencilla: el descenso de temperatura en el cuerpo frena los procesos metabólicos hasta el punto de detenerlos prácticamente. Con ello disminuye el oxígeno que el cerebro necesita para llevarlos a cabo. Como el aporte de oxígeno es menor del necesario, pero también lo es el requerimiento del mismo, el tejido nervioso no se ve afectado en sus funciones y no se producen lesiones por ausencia de oxígeno.

Para que todo esto tenga lugar la temperatura del agua debe ser baja (<20 Cº), cuanto más baja sea más posibilidades de supervivencia hay. Las personas de corta edad también tienen en estos casos una mayor capacidad para sobrevivir.

En cualquier caso la actuación debe ser inmediata, por eso es importante poder reconocer a alguien en fase de ahogamiento.

No siempre está claro que la actitud de una persona dentro del agua sea la de un ahogado o casi-ahogado, por eso conviene fijarse en determinados signos que nos darán las pistas para tener claro que la que observamos es una situación de peligro.

a) persona que está simplemente nadando: El estilo que cada uno tiene para nadar es muy variado, pero en todos los casos se cumplen las siguientes características: hay avance en el agua (con movimientos coordinados de brazos y piernas), control de la respiración (hay un ritmo de inspiración-espiración) y de la situación. La posición del cuerpo dentro del agua es horizontal.

En personas con alguna disminución física en las extremidades puede no ser tan evidente esta situación. Para diferenciarla del distrés acuático (situación de lucha o agitación previa al ahogamiento), bastará con observar durante un rato a la persona. Con el tiempo comprobaremos que se cumplen las características antes indicadas, aunque con las peculiaridades propias causadas por la disminución física.

b) persona en situación de distrés acuático: La persona continúa respirando y pide ayuda si el agua se lo permite. Mueve los brazos y piernas de forma relativamente coordinada para intentar mantenerse a flote y para pedir ayuda. Su avance en el agua es escaso o nulo y su posición es vertical.
Se puede llegar a esta situación por cansancio (tras un periodo de tiempo nadando que excede la resistencia del cuerpo), por frío, por tirones o calambres musculares (debidos al exceso de ejercicio o a la falta de costumbre), por miedo o por la instauración de una patología súbita (un Infarto Agudo de Miocardio, por ejemplo).

c) víctima activa de ahogamiento: La víctima que aún permanece activa lucha por respirar intentando mantener la cabeza fuera del agua (echándola hacia atrás). Tiene los brazos a los lados del cuerpo y separados de él sin ser capaz de sacarlos del agua para pedir auxilio. Los mueve tratando de empujar el agua hacia abajo (como si subiera por una escalera vertical), a la vez que da patadas ineficaces con las piernas, con movimientos descoordinados. El cuerpo está en posición vertical y no existe avance en el agua. Además, presenta evidente dificultad para respirar y una expresión de terror en su rostro (con los ojos muy abiertos y el pelo sobre la cara tapando a estos).

Puede producirse otro hecho en este estado de cosas. La entrada de agua en las vías respiratorias puede provocar un espasmo (contracción súbita) de la glotis (la entrada a la tráquea que separa ésta del esófago), quedando cerrada para evitar la entrada del agua (evitando también la entrada de aire). Este espasmo acelera la pérdida de la conciencia e impide a la persona gritar para pedir ayuda, por lo que puede pasar inadvertida. La temperatura del agua facilita este reflejo de la glotis (a menor temperatura más facilidad para el espasmo). Una vez perdida la consciencia, la glotis vuelve a abrirse y entra agua en los pulmones, produciéndose el ahogamiento.

d) víctima pasiva de ahogamiento: Es el estado en que la persona aparece sumergida, inconsciente  y flotando bocabajo. Es la situación más urgente. La persona aparece inmóvil.
Puede llegarse a esta fase o bien por estar en fase de víctima activa y no recibir auxilio, o bien por sufrir una patología súbita con pérdida de conciencia (enfermedad cardio-circulatoria aguda, crisis convulsiva, traumatismo craneal o vertebral o hidrocución). En esta fase todavía es posible recuperar a la persona mediante las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar.

Vigilancia

¿Dónde se realizará la vigilancia de los bañistas?

Se indicará la ubicación del socorrista en el recinto. Éste, debe permanecer en la zona de baño, de forma que los vasos y el andén este vigilados ininterrumpidamente. El puesto de vigilancia ha de encontrarse equidistante de todos los puntos de la lámina de agua. En piscinas rectangulares se colocara en el centro del bordillo mas largo. Si la división de la piscina esta marcada por una raya de seguridad (parte profunda –no profunda), ese será el punto de vigilancia.
Debemos de procurarnos un sitio con suficiente altura (a través de sillas, etc.) para evitar deslumbramientos o zonas oscuras. Igualmente buscar el punto de máximo campo de visión, valoración óptico- motora  y una buena agudeza visual son muy importantes en esta labor.

¿Cómo se realizará la vigilancia de la seguridad de los bañistas?

Considerando las graves consecuencias que pueden derivarse de la falta de vigilancia, el socorrista únicamente realizará actividades enfocadas a velar por la seguridad del usuario. Estas actuaciones se centrarán fundamentalmente en:
  • Velar por el cumplimiento de las medidas de seguridad en la zona de baño. Por ejemplo: vigilar que la zona de salto se encuentre acotada para su uso específico, impidiendo el acceso al resto de bañistas.
  • Comprobar el cumplimiento de las normas de régimen interno por parte de los usuarios.
  • Utilizar y mantener adecuadamente el local de primeros auxilios y el botiquín.
  • Informar al titular de la instalación de las deficiencias detectadas en la zona de baño que supongan un riesgo para la seguridad de los usuarios.

¿Cuándo se realizará la vigilancia?

La zona de baño ha de permanecer vigilada por el socorrista a lo largo de todo el horario de funcionamiento de la piscina al público y de forma continuada. En este apartado se expondrá el horario de funcionamiento de la piscina al publico que habrá de coincidir con el horario de vigilancia.

¿Quién realizará la vigilancia de los bañistas?

Se señalará el número de socorristas presentes en la piscina durante el horario de funcionamiento de la misma. Este número dependerá de las características de la instalación. Por ejemplo: será necesaria la presencia de más de un socorrista cuando la separación de los vasos no permita una vigilancia eficaz, y/o cuando la instalación cuente con actividades recreativas tipo tobogán, deslizadores, etc. que requieran una mayor vigilancia.

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